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miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿Que son los juegos de cuernos?


En muchos sitios los llaman juegos cuckold (en ingles). La expresión inglesa para "te han puesto los cuernos", "cuckolded", de mediados del siglo XIII, viene del francés "cucuault", la que a su vez viene de los pajaros cucos (familia Cuculidae), por la costumbre de la hembra de esta especie de depositar sus huevos en nidos de otras especies para que otros carguen con la tarea de criarlos. Hay algunos que les gustan llamarlos por su nombre en ingles y otros en el español, es cuestión de gustos. Es un tipo de juegos sexuales de parejas, donde una pareja real que se aman y se desean, disfruta cada uno en su rol, de infiel y cornudo, con un tercero que es el corneador. Esto parece sencillo ¿no?

Pues a veces no lo es tanto. Parece evidente que si son pareja se deberían amar ¿no?. Y este tipo de juegos deberían ayudarles para unirse mas, o conocer otras partes de la otra persona. Al igual que otro tipo de juegos sexuales o de cualquier tipo. Pero hemos conocido casos en los que no se amaban ni se deseaban. Por ejemplo una pareja en la cual uno no ama al otro, pero no se atreve a dejarlo, entonces convierte a su pareja en un cornudo sumiso, y el no le gusta mucho el juego pero aguanta por miedo de perderle. Sin duda es un mal juego, en ese momento la pareja debería hacer terapia y recuperar el fuego de su pareja. De lo contrario el puede que conozca a otro del que se enamore locamente y al paso del tiempo deje a su antigua pareja por irse con su amante, al poco o bastante tiempo lo terminara dejando con el amante al que solo usaba (quizás sin saberlo) como puente. En este caso no se trata de un juego, sino de una pareja infeliz. No hay que caer en esta cobardía, hay que expresar los verdaderos sentimientos y ponerlos solución. 

También se puede dar que uno de los dos convenza al otro para serle infiel. Termina convenciendo a
su pareja para jugar. Pero era todo mentira, no le gustaba, realmente le daba igual que su pareja se los pusiese o no, era una excusa para no tener mala conciencia porque el se los estaba poniendo ya a su pareja. Estos dos casos se pueden dar junto a otros, que por supuesto no serian sanos. Pero al igual que se puede dar con otro tipo de juegos o actitudes como tener un hijo/contraer una hipoteca para atrapar a la pareja, o refugiarse en el papel de amo para satisfacer su lado psicópata. Como todo los juegos no son malos en si, lo malo es cuando se usan mas o son excusas para. En esos casos recomendamos que la gente vaya a terapeutas, algunos son buenos y otros son unos desastres, pero merece la pena salvar una pareja.

Una vez mostrado el lado malo (que son una minoría de casos) de este tipo de juegos. Mostremos como puede jugarse. Al hombre infiel le tiene que gustar y apetecer, el jugar con otros hombres, quizás pueda ser un poco dominante en los juegos, o quizás exhibicionista, o quizás un poco sumiso con el amante. Sobre esto hay mil variaciones que se pueden ir probando, el caso es que la persona que hace de infiel este a gusto y lo disfrute. El cornudo, por supuesto también tiene mil variaciones, hay cornudos que les gusta mas mirar, cornudos sumisos, cornudos que les gusta que les humillen, cornudos que no podrían ver a su pareja con otro pero que les encantaría que su pareja les dijese que se han acostado con otro y se lo contase con pelos y señales mientras se pajea, hay cornudos que les gusta solamente serlo en el ciberespacio, etc. Hay tantas variedades como personas, lo importante es que disfruten los tres con los roles que se han elegido y que ningún miembro se sobrepase, sin tener en cuenta la opinión del otro. 

Tanto el cornudo como el infiel como el corneador, pueden ser activos, pasivos o versátiles, depende de los roles que les guste común. Uno puede excitarse sabiendo que es pasivo siendo el corneador que seduce al activo de la pareja, o el activo que seduce al pasivo. Luego esta claro que un dominante puede ser también un pasivo tanto como un activo. Generalmente lo que suele suceder es que el activo sea el cornudo, el infiel sea pasivo y que el corneador sea un “machazo” activo. Pero eso es solo por los roles que lamentablemente tenemos adquiridos de que el activo es la figura masculina de la pareja, cuando no necesariamente es así. Y por otro lado brota esa discriminación hacia la mujer, siendo mas humillado el hombre que no es lo suficientemente hombre para su “mujer”, que el hombre que se ha ido a follar porque la mujer es “una santa” y esta en casa. Pienso que estos roles no son adecuados, pero son los que lamentablemente muchos llevamos en el subconsciente. Se nos ha inculcado desde que nacimos, que al humillarte poniendo los cuernos pierdes esa “hombría” en la cual todos los hombres poseen, eso les crea a unos mucho dolor, otros saben utilizarlo “los consentidores” y sentir placer al “perderle”. Y porque no perderle una y otra y otra vez. 

Quizás sea por eso que en el mundo homosexual los juegos de cornudos no estén a la orden del día. Son un tipo de relación muy nuevas (en cuanto a la aceptación social y roles) que están adaptándose y en evolución. En este camino se han cogido muchas herramientas de las relaciones heterosexuales, cuando se deberían generar herramientas propias y otras por supuesto son muy validas y deben adoptarse como tal. Esto que comento es una idea mía solamente. Pienso que como las parejas homosexuales duran menos que las heterosexuales (no porque sean mejores ni peores, sino porque están naciendo y en evolución, inmersas también en un proceso de adaptación social, casi como un adolescente) hay un miedo emocional que impide que se juegue a estos juegos. A pesar de que, una gran mayoría de las parejas homosexuales estables, son parejas liberales (de mil formas diferentes según lo que hayan pactado los dos miembros), existe ese miedo a jugar con otro que lleve un rol “superior” que se folle a tu pareja y le seduzca (y tu tengas que permitirlo y disfrutar con ello). Un miedo por una falta de confianza real tanto en la pareja (como entidad compartida) como en la otra persona, como en si mismo por falta de confianza. Cuando bien llevado podría ser una herramienta para conocerse mas entre los miembros de la pareja y si se descubren fallos arreglarlos. Puede que eso sea el motivo por el que este juego no sea tan común en la población homosexual. 

Hay una cosa que personalmente recomiendo en este juego, y es que los papeles se intercambien, que unas veces sea el cornudo uno y el infiel el otro, y otras al revés. Pienso que como en el sado, o en los juegos de médicos, es interesante saberse todos los “papeles”, ya que te ayudan a profundizar en ti mismo y en tu pareja. Incluso porque no se puede jugar en parejas, donde una pareja seduce al otro miembro de la pareja mientras el otro mira, o participa. Y luego ir intercambiando los roles entre todos. Realmente hay que tomárselo como eso un juego para disfrutar y de crecimiento personal y relacional. 

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